martes, 17 de enero de 2012

¡Poniendo límites al dolor!


¿Hasta cuándo me va a doler tu ausencia?

Todo depende de ti y el compromiso que tienes con tu felicidad y propia vida. Es normal sentir que la vida se congela ante una situación de crisis, sin embargo es allí donde ponemos a prueba todas las herramientas de afrontamiento que poseemos y que consciente o inconscientemente hemos acumulado durante el transcurso de las vivencias.  El dolor NUNCA se ACABA, se TRANSFORMA en lo que tú quieras: En una motivación de vida, de éxito, en amor propio o por la familia y amigos, o en enojo, frustración, impotencia, resentimiento, envidia (ejemplo pensar: ¿por qué a los demás no les ocurre lo mismo?), entre otras transformaciones. Es algo natural dentro del proceso de duelo. Lo importante aquí es lograr que ese dolor se convierta en un motor de búsqueda hacia una recuperación de sanidad interior.
Ya que todo lo que hagas por ti mismo impactará tu entorno: tu trabajo, tu familia, tus estudios etc., todas las áreas de ajuste de nuestra vida.
Un proceso de duelo no tiene un tiempo establecido de recuperación ya que todo depende de la disposición de cada persona para asimilar lo que le sucede y su capacidad de sobreponerse a situaciones angustiantes y de gran crisis.
Lo que sí podemos hacer es aprender a ponerle límites al dolor. ¿cómo?...
1.     Regálate un minuto diario de paz (meditando, orando, hablando con un guía espiritual, escuchando música que te reconforte, leyendo reflexiones que te dejen un mensaje positivo).

2.    Habla con un amigo o familiar de la situación en la que te encuentras, de tus miedos, de lo que sientes. Escoge una persona que según tu criterio sepa escuchar, que no te juzgue y que sea imparcial ante la situación que vives. Si no logras encontrar dentro de tu familia y amigos una persona con estas características, busca un psicólogo o terapeuta.

3.     Permítete ser feliz. Aunque nos encontremos en momentos de gran angustia, liberar una sonrisa, compartir espacios con personas que no están sumergidas en dolor o crisis; te recarga de la energía que necesitas para enfocarte en las posibles soluciones a tus problemas, que en la mayoría de los casos no están claras ya que tu atención está enfocada sólo a lo negativo.

Diana Patricia Cárdenas Zapata
Asesora Familiar de Duelo
Grupo Recordar

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