martes, 29 de noviembre de 2011

Tipos de Pérdida

Como hemos visto, el duelo es un camino que debemos recorrer, que todos vivimos después de cualquier pérdida y que debemos afrontar para tener salud mental y emocional. Puede ser un camino difícil o fácil, largo o corto, de sufrimiento o de crecimiento…. TODO DEPENDE DE LA DECISION QUE TOMEMOS… 

“TODO LO QUE AMAMOS SE NOS PUEDE ARRANCAR, LO QUE NO SE NOS PUEDE QUITAR, ES EL PODER DE ELEGIR QUE ACTITUD ASUMIR ANTE ESTOS ACONTECIMIENTOS” 

El duelo es universal e individual, es decir, todos los seres humanos vivimos nuestros propios duelos ante cualquier pérdida y los vivimos de manera particular, cada uno lo vive y lo siente de manera diferente y cada pérdida es única.

Daremos una mirada general a los diferentes tipos de pérdida. 
La muerte de un cónyuge
Representa una de las pérdidas más grandes de la vida. La aceptación y el ajuste a la realidad de la muerte con el tiempo, es un proceso de cicatrización prolongada, lenta y dolorosa. Se requiere tiempo para que sane la herida psicológica y emocional de haberse quedado viudo. Lentamente, poco a poco, sanarás. El dolor, incluso, puede propiciar mayor madurez; con el tiempo te puedes volver más sensible ante el sufrimiento de los demás, puedes encontrar nuevas áreas de fuerza interior y talentos en ti mismo.
 El dolor de cada uno es único, tu relación es única. Las circunstancias de la muerte son especiales y únicas para ti. Nadie nos puede decir cómo experimentar el dolor, pero podemos aprender a vivirlo teniendo en cuenta las siguientes pautas:

  • La reacción de dolor será aguda desde el momento del fallecimiento hasta el final del primer año. La cicatrización será un proceso lento y gradual, con pequeños pasos progresivos hasta que empieces a darte cuenta de que sobrevivirás por ti mismo. Antes de avanzar al futuro, será necesario que sanen algunas de las heridas del pasado. 
  • Durante los primeros meses, procura evitar el imponerte demandas excesivas, no trates de ordenar de golpe todos tus sentimientos o planes para el futuro, da un paso a la vez. 
  • Durante las primeras semanas requerirás de buena cantidad de tiempo y energía para manejar asuntos prácticos después del funeral. Surgen también problemas relacionados con la vida cotidiana que pueden sonar insignificantes, pero que en este periodo del duelo se tornan abrumadoras. Estas actividades te ayudarán a proseguir con tu propia vida, en ocasiones será necesario pedir ayuda a familiares o amigos. 
  • Este es un periodo para que simplemente te dejes llevar, no es el momento para establecer objetivos, tomar decisiones importantes o precisar elecciones que tendrán efectos de largo alcance. Es un periodo en el que puedes sentir gran confusión y hasta un poco de desequilibrio mental, permite que sobrevengan los sentimientos, ya pasarán. 
  • En el caso de tener hijos, debemos tener en cuenta que los niños también pueden verse seriamente afectados por el comportamiento del padre afligido; es especialmente nocivo que el padre sobreviviente se vuelva retraído e inalcanzable. Los niños necesitan hablar, llorar y elaborar su duelo personal.
Lo mejor que puedes hacer es ser tan honesto como te sea posible acerca de lo que estás experimentando, los niños no son tonos, bríndales tu confianza, valora su amor, respeta sus sentimientos.       
Si no pones obstáculos, tus hijos pueden ser gran fuente de consuelo para ti. 
  • Si tus hijos son adultos, es igualmente importante que los incluyas en la elaboración del duelo; no esperes que sepan automáticamente lo que quieres o necesitas, pídelo, ellos no pueden adivinarte el pensamiento. Ante todo asume la responsabilidad de obtener lo que quieres, esto aliviará tu herida y dolor emocional, y evitará que tus hijos estén tratando de imaginarse o que necesitas de ellos.
Bibliografía: DEJALOS IR CON AMOR. La aceptación del Duelo. Nancy O’Connor. Editorial Trillas.

Laura Patricia Méndez Salazar
Asesor Familiar de Duelo
Grupo Recordar

lunes, 28 de noviembre de 2011

Cuando me amé de verdad...


Cuando la muerte toca a nuestras vidas, uno de los mayores dolores, es sentir que el tiempo no alcanzó para decirle o demostrarle con hechos a la persona fallecida, lo importante de su existencia. Aquel viaje que se pospuso durante varias ocasiones, el regalo que se quería entregar en navidad, la visita que no alcanzaste a realizar, las llamadas que no hiciste ya que estabas concentrado en tu trabajo, intentado tener una mejor estabilidad y así brindarle calidad de vida a tus seres queridos; entre otras situaciones que vienen a tu pensamiento en un proceso natural de duelo; pero lo más importante es recordar que si te vas a confrontar, no sólo fijes tu atención en lo que faltó hacer; Equilibra esos pensamientos, valorando también todo tu esfuerzo.

Diana Patricia Cárdenas Zapata
Asesora Familiar de Duelo
Grupo Recordar

Cuando me amé de verdad comprendí que en cualquier
circunstancia, yo estaba en el lugar correcto, en la hora
correcta y en el momento exacto y entonces, pude relajarme.

Hoy sé que eso tiene un nombre…”AUTOESTIMA”.

Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y
mi sufrimiento emocional, no es sino una señal de que voy
contra mis propias verdades.

Hoy sé que eso es…”AUTENTICIDAD”.

Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera
diferente y comencé a ver todo lo que acontece y que contribuye a
mi crecimiento.

Hoy eso se llama…”MADUREZ”.

Cuando me amé de verdad, comencé a percibir como es ofensivo tratar de forzar alguna situación, o persona, solo para realizar aquello que deseo, aun sabiendo que no es el momento, o la persona no está preparada, inclusive yo mismo.
Hoy sé que el nombre de eso es…”RESPETO”.

Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que
no fuese saludable…, personas, situaciones, todo y cualquier cosa
que me empujara hacia abajo. De inicio mi razón llamó esa actitud
egoísmo.

Hoy se llama…”AMOR PROPIO”.

Cuando me amé de verdad, dejé de temer al tiempo libre y desistí
de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro.
Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero
y a mi propio ritmo.

Hoy sé que eso es…”SIMPLICIDAD”.

Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y
con eso, erré menos veces.

Hoy descubrí que eso es la…”HUMILDAD”.

Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y
preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es
donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez.

Y eso se llama…”PLENITUD

Cuando me amé de verdad, percibí que mi mente puede atormentarme y
decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, ella
tiene una gran y valiosa aliada.

Todo eso es…”SABER VIVIR!

“ No debemos tener miedo de confrontarnos…
…hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas. ”

Reflexión de Charles Chaplin


viernes, 25 de noviembre de 2011

QUE SIGNIFICA INVERTIR ENERGIA EMOTIVA Y AFECTIVA EN OTRAS RELACIONES?

Nunca podemos eliminar a aquellos que han estado cerca de nosotros, de nuestra propia historia, excepto mediante actos psíquicos que hieren nuestra propia identidad. La disponibilidad de un superviviente para empezar nuevas relaciones depende no de “renunciar” a la persona fallecida, sino de encontrarle un lugar apropiado en su vida psicológica, un lugar que es importante pero que deja un espacio para los demás. Esto es encontrarle un lugar adecuado en nuestra vida emocional, un lugar que nos permita continuar viviendo de manera eficaz en el mundo.

Cuando nos damos la oportunidad de invertir energía en otras relaciones, significa que hemos avanzado a través del proceso de duelo, es cuando la vida ha vuelto a la “normalidad” algunos hábitos antiguos se han restablecido firmemente y las nuevas costumbres se han vuelto cotidianas. Las tareas diarias fluyen, el dolor emocional es menos agudo. El duelo puede subsistir como un rito, pero su intensidad ha disminuido significativamente y no es tan devastador como en un principio.

 Después del primer año, Los hábitos en cuanto al comer y dormir deben haber recuperado la normalidad. Empieza a regresar la risa espontánea, la diversión, la felicidad y un cierto sentido del humor. La salud, vuelve a ser habitual o incluso puede llegar a mejorar, sólo si se han enfrentado y liberado los conflictos emocionales y el dolor de la pérdida.

En esta etapa, seguramente ya debes contar con nuevos amigos, algunos de los cuales pueden haber sufrido experiencias similares. Por ejemplo, empieza a planear actividades interesantes para tu tiempo libre con otras personas.

 TENGAMOS EN CUENTA….


DIEZ PASOS PRACTICOS PARA ADAPTARSE A LA PÉRDIDA

  1. TOMARSE EN SERIO LAS PEQUEÑAS PERDIDAS
  2. TOMARSE TIEMPO PARA SENTIR
  3. ENCONTRAR FORMAS SANAS DE DESCARGAR EL ESTRÉS
  4. DAR SENTIDO A LA PERDIDA
  5. CONFIAR EN ALGUIEN
  6. DEJAR A UN LADO LA NECESIDAD DE CONTROLAR A LOS DEMAS
  7. RITUALIZAR LA PERDIDA DE UN MODO QUE TENGA SENTIDO PARA NOSOTROS
  8. NO RESISTIR AL CAMBIO
  9. COSECHAR EL FRUTO DE LA PERDIDA
  10. CENTRARSE EN LAS PROPIAS CONVICCIONES RELIGIOSAS

Laura Patricia Méndez Salazár
Asesora Familiar de Duelo
Grupo Recordar




miércoles, 23 de noviembre de 2011

¡Hoy me libero!



En el proceso de sanidad interior que deben tener todas las personas que se encuentran en un momento de dolor, Francia Susatama (coordinadora de servicios del Grupo Recordar), nos regala esta linda reflexión.

¿Qué es felicidad?

En esta época donde muchas personas están programando encuentros familiares, dejando ver la alegría que les invade el final de año. Hay otras personas que se encuentran tratando de evitar recordar que existen momentos para ser felices; como si el hecho de estar en un proceso de duelo fuera una sentencia para no volver a sentir felicidad. Aunque es cierto que al perder a un ser querido, el inmenso dolor que esta situación trae consigo, rompe todas las expectativas y motivaciones de vida, es importante recordar que tú mereces ser feliz, aún en los momentos de inmenso dolor.  A esto se le conoce también como la 4. tarea del proceso de duelo:

INVERTIR ENERGÍA EMOTIVA EN OTRAS RELACIONES.

Cuando se habla de invertir energía emotiva, es la energía que producen tus emociones y te impulsan a continuar con tus proyectos de vida. Cuando perdemos a un ser querido, toda nuestra energía emotiva se concentra en los momentos que compartiste con él, olvidando muchas veces tu situación actual, tú realidad. Hoy vamos a empezar a  trabajar cómo invertir tu energía en otras relaciones (diferente a la que tienes con la persona fallecida),  y lo haremos desde tu interior; a continuación te invito a disfrutar esta reflexión acerca de la felicidad realizada por el filósofo Daisaku Ikeda:
"¿Cuál es el objetivo de la vida? Es llegar a ser feliz. Cualquiera que sea el país o la sociedad en la que vivan las personas, todas tienen el mismo profundo deseo: llegar a ser felices.

Sin embargo, existen pocos ideales tan difíciles de comprender como el de la felicidad. En nuestra vida diaria experimentamos constantemente la felicidad e infelicidad, pero seguimos ignorando lo que realmente es la felicidad.

Una joven amiga mía pasó una vez un largo tiempo tratando de determinar lo que era la felicidad, particularmente la felicidad para las mujeres -cuando pensó por primera vez en la felicidad-, la vio cómo llegar a tener seguridad financiera o casarse (la opinión de la sociedad japonesa en ese entonces era que la felicidad para una mujer sólo se podía encontrar en el matrimonio). Pero al ver a sus amigas casadas, se dio cuenta de que el matrimonio no garantizaba necesariamente la felicidad. Vio parejas que se habían amado apasionadamente, víctimas de desavenencias conyugales poco después de haberse casado. Vio mujeres que se habían casado con hombres ricos o que ocupaban un alto nivel social, pero que peleaban constantemente con sus maridos.

Gradualmente, se dio cuenta de que el secreto de la felicidad yacía en el desarrollo de un ser interno fuerte, que ninguna tribulación o penuria pudiera afectar. Vio que la felicidad para cualquiera, hombre o mujer, no proviene simplemente de tener una educación formal, la riqueza o el matrimonio. Empieza con la posesión de la fortaleza para enfrentar y conquistar nuestras propias debilidades. Sólo entonces se hace posible disfrutar de un matrimonio exitoso y vivir una vida verdaderamente feliz.

Finalmente, mi amiga me dijo: "Ahora puedo decir con confianza que la felicidad no se encuentra ni en el pasado ni en el futuro, sino que existe dentro de nuestra condición de vida ahora mismo, en el presente, mientras enfrentamos los retos de la vida diaria".

Estoy totalmente de acuerdo. Ustedes mismos saben mejor que nadie si están sintiendo alegría o luchando contra el sufrimiento. Estas cosas no las saben los demás. Incluso un hombre con una gran riqueza, reconocimiento social y muchos honores puede, no obstante, estar sumido en la oscuridad producida por un indescriptible sufrimiento en las profundidades de su corazón. Por otra parte, una mujer entrada en años, que no ha sido favorecida con una situación económica holgada y vive una vida sencilla sola, puede sentir el sol de la alegría y felicidad saliendo en su corazón cada día.

La felicidad no es una vida sin problemas, sino la fortaleza para superar los problemas que se presenten. No existe tal cosa como una vida libre de problemas; las dificultades son inevitables. Pero la manera en la que experimentamos y reaccionamos a nuestros problemas depende de nosotros.
El budismo enseña que cada uno de nosotros es responsable de su propia felicidad o infelicidad. Nuestra vitalidad, la cantidad de energía o "fuerza vital" que tenemos, es el factor individual más importante para determinar si somos o no felices.

La verdadera felicidad ha de hallarse adentro, en la condición de nuestros corazones. No existe al otro lado de alguna distante montaña. Está dentro de ustedes, de ustedes mismos. Sin importar cuántas veces lo intenten, nunca podrán huir de ustedes mismos. Y si son débiles, el sufrimiento los perseguirá dondequiera que vayan. Nunca encontrarán la felicidad si no retan sus debilidades y cambian desde adentro. La felicidad ha de encontrarse en el dinamismo y la energía de nuestra propia vida, mientras luchan para superar un obstáculo tras otro. Por esto creo que una persona activa y valiente es verdaderamente feliz.
Los retos que enfrentamos en la vida se pueden comparar con una alta montaña, que se levanta ante un alpinista. Para alguien que no se ha entrenado apropiadamente, cuyos músculos y reflejos son débiles y lentos, cada pulgada de la escalada estará llena de terror y dolor. Sin embargo, la misma escalada será un viaje emocionante para alguien que esté preparado, cuyas piernas y brazos hayan sido fortalecidos por el constante entrenamiento. Con cada paso que dé hacia delante y hacia arriba, aparecerán bellos y nuevos paisajes.

Mi maestro solía hablar de dos tipos de felicidad, la felicidad "relativa" y la "absoluta". La felicidad relativa es la felicidad que depende de las cosas que están fuera de ustedes mismos: los amigos y la familia, el ambiente, el tamaño de su casa o el ingreso familiar. Es esto lo que sentimos cuando se satisface un deseo o se logra algo que anhelábamos. Aunque la felicidad que nos traen tales cosas es ciertamente real, el hecho es que nada de esto dura para siempre. Las cosas cambian. Las personas cambian. Este tipo de felicidad se hace añicos fácilmente cuando las condiciones externas se alteran.

La felicidad relativa se basa también en la comparación con los demás. Puede que sintamos este tipo de felicidad por tener una casa más nueva o grande que la de los vecinos. ¡Pero este sentimiento se convertirá en desdicha tan pronto como ellos empiecen a hacer nuevas ampliaciones a la suya!

Por otra parte, la felicidad absoluta es algo que debemos encontrar adentro. Significa establecer una condición de vida en la que nunca seamos derrotados por las tribulaciones y en la que el sólo hecho de estar vivos es una fuente de gran alegría. Esta persiste sin importar lo que nos falte o suceda a nuestro alrededor. Una profunda sensación de alegría es algo que sólo puede existir en lo más profundo de nuestra vida y no puede ser destruida por ninguna fuerza externa. Es eterna e inagotable.

Este tipo de satisfacción ha de hallarse en el esfuerzo consistente y repetido, de manera que podamos decir: "Hoy, otra vez, hice todo lo posible. Hoy, otra vez, no tuve remordimientos. Hoy, otra vez, triunfé". El resultado acumulado de dichos esfuerzos es una vida de gran victoria.

No debemos compararnos con los demás. Debemos comparar quiénes somos hoy con quiénes fuimos ayer, quiénes somos hoy con quiénes seremos mañana. Aunque esto parece ser sencillo y obvio, la verdadera felicidad se halla en una vida de constante avance, (aunque muchas veces por nuestro proceso de duelo nos quedamos congelados en el tiempo en el cual anhelamos que el fallecido siga con nosotros); las mismas preocupaciones que podrían habernos hecho desdichados pueden, en realidad, ser una fuente de crecimiento cuando las abordamos con coraje y sabiduría.

Una amiga cuya dramática vida demostró esto era Natalia Satz, quien fundó el primer teatro para niños de Moscú. En los años treinta, ella y su marido fueron señalados por la policía secreta de la Unión Soviética. Aun cuando no eran culpables de crimen alguno, su marido fue arrestado y ejecutado y ella fue enviada a un campo de prisioneros en las heladas profundidades de Siberia. Después que se recuperó del impacto inicial, empezó a considerar su situación, no con desesperación sino buscando las oportunidades.

Se dio cuenta de que muchos de sus compañeros prisioneros tenían habilidades y talentos especiales. Empezó a organizar una "universidad", incitando a los prisioneros a compartir sus conocimientos. "Usted, usted es un científico. Enséñenos ciencia. Usted es un artista. Háblenos del arte". De esta manera, el aburrimiento y terror del campo de prisioneros fueron transformados en la alegría del aprendizaje y la enseñanza. Finalmente, ella incluso hizo uso de sus propios y únicos talentos para organizar un grupo teatral.

Sobrevivió los cinco años de la sentencia a prisión y dedicó el resto de su vida a crear un teatro para niños. Cuando nos encontramos por primera vez en Moscú en 1981, ya tenía más de ochenta años. Era tan radiante y animada como una joven muchacha. Su sonrisa era la sonrisa de alguien que había vencido las penurias de la vida
".
Adaptación de una reflexión del filósofo:Daisaku Ikeda.

Aunque estés en un proceso de duelo por la pérdida de un ser querido, recuerda que el mejor homenaje de vida, que le puedes hacer a esta persona ausente, es ser feliz por los dos: por él y lo que aprendiste a su lado y por ti al continuar con tu misión de vida.

Diana Patricia Cárdenas Zapata
Asesora Familiar de Duelo
Grupor Recordar


martes, 22 de noviembre de 2011

INVITACION TALLER DE DUELO

TALLER DE DUELO
CONMEMORAR NAVIDAD SIN ELLOS
ENCENDAMOS ESTA NAVIDAD UNA LUZ DE ESPERANZA Y DISPONGAMOS NUESTRO CORAZON PARA RECIBIR LAS BENDICIONES QUE NOS TRAE EL AÑO 2012.

FECHA:            3 DE DICIEMBRE DE 2011
HORA:             2:30 PM
LUGAR:           SALON PRINCIPAL
DESPACHO PARROQUIAL SAN   JUAN DE AVILA
                         CARRERA 18 # 136 - 46
CONFIRMAR ASISTENCIA: TELEFONO: 3395040 EXT. 3203 - 2744147
PSICOLOGA: LAURA PATRICIA MENDEZ SALAZAR
ASESOR FAMILIAR DE DUELO - GRUPO RECORDAR
 

sábado, 19 de noviembre de 2011

Aceptar que ya no estás!


“Al día siguiente de que mi hijo Mario se suicidara tirándose por la ventana de nuestra casa, empezamos a entrar en su habitación; al principio fue duro, pues yo tenía en la mente la escena de la última vez que le vi, tumbado boca abajo en su cama diciéndome: “Mamá, vete a la cama tranquila que estoy bien, déjame solo que me estás agobiando”; y ya no volví a verle con vida. Me venía constantemente esa imagen a la cabeza y me daba mucha pena. Según iban pasando los días y continuábamos entrando, se fue haciendo más llevadero y ahora entramos diariamente. Yo me siento a escribir en su habitación, a veces leo la tele, me echo la siesta en su cama, y mi marido Juan y mi hija Caty lo mismo; eso no quiere decir que no hay días en que te emocionas con algunas cosas. Hoy por la mañana, por ejemplo, Juan ha entrado antes de ir a trabajar, ha abierto uno de sus cajones y ha visto las cartas con las que jugaban póker casi todos los días cuando estaba enfermo, y se ha puesto muy mal, ha estado llorando; pero, en general, no nos ocasiona ningún trauma entrar; yo creo que es muy importante entrar desde el primer día, pues si no, luego cuesta más.

Tenemos todas sus fotos en su habitación y también las hemos visto desde el primer día. Las vemos sin ningún problema; sin embargo, los videos que tenemos desde que eran pequeños, no los vimos al principio y yo no los puedo ver. Lo veo en movimiento, con tanta vida, y no lo puedo soportar. Sin embargo a Juan y a Caty les gusta verlo, dicen que lo ven tal como era. Respecto a la ropa sigue como él la dejó; y como no necesitamos su habitación, creo que seguirá así durante mucho tiempo. La ropa, su olor, eso me da más tristeza (…), la verdad me pregunto si eso está bien, creo que tengo que dar algún otro paso para afrontar esto y no quedarme parada en esta situación tan dolorosa”.
Historia de vida de una madre que perdió a su hijo, publicada en el libro: Estoy En Duelo. Autor: José Carlos Bermejo.

Los cambios externos le ayudan a asimilar los cambios internos que se presentan por la muerte de un ser querido. En todos los casos que existe una pérdida lo más aconsejable y para poder asimilar la realidad (el fallecido no regresará jamás), es hacer la paz con los espacios. El simple hecho de cambiar las cosas de lugar, pintar, dejar algunas prendas o pertenencias que sean simbólicas para la familia y las demás tomarlas y hacer una donación en honor a la persona fallecida, le ayudaran a expresar lo que siente con cada cambio que se está presentando. Cada cosa que haga siempre, acompáñela de la parte espiritual, en agradecimiento por todos los momentos compartidos con esa persona querida que ya físicamente no podrá ver jamás.

Tome el tiempo que necesite para realizar este tipo de cambios, no se sienta presionado, recuerde que el proceso de duelo es totalmente diferente en cada persona. Lo importante es no irse a los extremos, si las cosas como las dejó el fallecido le generan paz y tranquilidad, no es necesario recurrir a este tipo ayudas externas.  Lo importante es que tenga en cuenta que cada espacio es un símbolo de los recuerdos que vienen a su mente cada vez que piensa en su ser querido fallecido; depende de usted que esos recuerdos le atormenten o como sería el ideal, se conviertan en herramientas para su sanidad interior.

Diana Patricia Cárdenas Zapata
Asesor Familiar de Duelo
Grupo Recordar

viernes, 18 de noviembre de 2011

ADAPTARSE AL MEDIO EN EL QUE EL FALLECIDO ESTÁ AUSENTE


TERCERA TAREA DEL DUELO

ADAPTARSE A UN NUEVO MEDIO SIGNIFICA COSAS DIFERENTES PARA PERSONAS DIFERENTES, DEPENDIENDO DE CÓMO ERA LA RELACIÓN CON EL FALLECIDO Y DE LOS DISTINTOS ROLES QUE DESEMPEÑABA ESTE. DARSE CUENTA MUCHAS VECES EMPIEZA ALREDEDOR DE TRES MESES DESPUÉS DE LA PÉRDIDA E IMPLICA DESMONTAR LOS LUGARES Y COSAS Y ASUMIR LAS TAREAS QUE TENÍA LA PERSONA FALLECIDA.

Al aclararse un poco la confusión, empiezas a estar más consciente de la necesidad de abandonar los patrones acostumbrados en la relación.

Cuando las personas viven juntas, se forma una serie de hábitos, pequeñas formas de interacción que se vuelven rutinarias: el esperar que el esposo traiga el periódico a casa, el llamar por teléfono a la pareja a una hora determinada todos los días, el sentarse en cierto lugar durante las comidas, todo ello se ha convertido en una segunda naturaleza. Cuando estas situaciones rutinarias se interrumpen, tienes que reprogramar tus expectativas a nivel emocional, físico y psíquico. Cada día te presenta pequeños recordatorios de que se ha destruido la estructura de tu vida, sientes una tristeza profunda, un terrible desamparo, una carencia.

Cuando se acepta la realidad de la pérdida, se comprende la inutilidad de anticipar los antiguos sucesos rutinarios y, con el tiempo, se reconocen e incluso se aprecian los cambios. Poco a poco la soledad se convierte en agradables momentos a solas para dedicarlos a pensar o ser creativo, para empezar o terminar proyectos que han estado pendientes desde tiempo atrás.

Laura Patricia Méndez Salazar
Asesor Familiar de Duelo
Grupo Recordar

martes, 15 de noviembre de 2011

Expresión de sentimientos.


Es necesario reconocer y trabajar el dolor o éste se manifestará mediante algunos síntomas u otras formas de conducta disfuncional. Cualquier cosa que permita evitar o suprimir de forma continua este dolor es probable que prolongue el curso del duelo. No todo el mundo experimenta el dolor con la misma intensidad ni lo que siente de la misma manera, pero es imposible perder a alguien a quien se ha estado profundamente vinculado sin experimentar cierto nivel de dolor. El dolor compartido es menor, desahoga.
Laura Méndez
Asesor Familiar de Duelo
Grupo Recordar




Recuerda que cada situación por más dolorosa que sea es pasajera, depende de ti en convertirla en un momento traumático o por el contrario, tomar de cada circunstancia,  una enseñanza que te permita continuar con tu misión de vida. Cuando expresamos lo que sentimos, encontramos en los demás, palabras de sabiduría y reflexión, historias de vida con finales inesperados, que nos guían en el túnel emocional que en ocasiones debemos cruzar. A continuación comparto esta hermosa reflexión llamada: El mensaje del Anillo.

Diana Patricia Cárdenas Zapata

Asesor Familiar de Duelo

Grupo Recordar


Érase una vez un rey que dijo a los sabios de la corte:

-          He encargado que me fabriquen un precioso anillo, para el que he conseguido uno de los mejores diamantes del mundo. Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total, y que ayude también a mis herederos, y a los herederos de mis herederos, para siempre.  Tiene que ser un mensaje breve, de manera que quepa debajo del diamante.

 Todos los que escuchaban eran instruidos, grandes eruditos; podrían haber escrito grandes tratados, pero no un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total... reflexionaron y  buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada.

 El rey tenía un anciano sirviente que también había sido sirviente de su padre. La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por tanto, lo trataba como si fuera de la familia. El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó. Y éste le dijo: No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje. Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión me encontré con un místico. Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio. Cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje- el anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey-. Pero no lo leas ahora -le dijo- mantenlo escondido en el anillo. Léelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres salida a la situación.

 Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey perdió el reino. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían. Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un precipicio y un profundo valle; caer por él sería el fin. Y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino. Ya podía escuchar el trotar de los caballos. No podía seguir hacia delante y no había ningún otro camino...

De repente, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso: Simplemente decía "ESTO TAMBIÉN PASARÁ”.

Mientras leía "ESTO TAMBIÉN PASARÁ" sintió que se hacía a su alrededor un gran silencio. Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que, poco a poco, dejó de escuchar el trote de los caballos. El rey se sentía profundamente agradecido con el sirviente y el místico desconocido. Aquellas palabras habían resultado milagrosas. Dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino. Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración con música, bailes... y él se sentía muy orgulloso de sí mismo.
El anciano estaba a su lado en el carro y le dijo:
 - Este momento también es adecuado: vuelve a mirar el mensaje.
 - ¿Qué quieres decir? preguntó el rey. Ahora estoy victorioso, la gente celebra mi vuelta, no estoy desesperado, no me encuentro en una situación sin salida.
 - Escucha, dijo el anciano: este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas; también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientes victorioso.  No es sólo para cuando eres el último; también es para cuando eres el primero.
 El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: "ESTO TAMBIÉN PASARÁ", y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, pero el orgullo, el ego, había desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Se había iluminado.
Entonces el anciano le dijo: Recuerda que todo pasa. Ninguna cosa ni ninguna emoción son permanentes. Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas.
Adaptación del libro: Regálame más cuentos con salud. Editorial Sal Terrae


jueves, 10 de noviembre de 2011

Celebrando Sin ti


En esta época de final de año, muchas personas se están preparando para celebrar fiestas conmemorativas, metas cumplidas y logros alcanzados;  otros están recordando un día más del fallecimiento de un ser querido, y  algunos se están preparando para despedir a una persona amada que se encuentra convaleciente.

Para aquellos a los que la muerte ha estado tocando sus vidas o está a punto de tocarles, la pregunta que asalta es  ¿hay algo qué celebrar?.

La respuesta es: depende de ti.

Si una  persona que era muy importante para ti falleció y es tu primer año sin ella. Recuerda cada momento que compartiste a su lado. Enfócate en los momentos que te generan un recuerdo positivo. Los instantes negativos en este momento no te ayudan, por el contrario incrementan tu dolor.

Recuerda que la muerte de esta persona, es un regalo de vida para ti, ya que tienes el compromiso de ser feliz por todo lo que aprendiste con ella. No te castigues, ni culpes del tiempo que tal vez no pudiste compartir con ella. Genera espacios en los cuales puedas hablar con tus familiares y amigos, que te permitan recordar a la persona fallecida y toda la misión de vida que cumplió contigo y los que te rodean.

Si por el inmenso dolor que te causó su muerte no te pudiste despedir, realiza una carta, un dibujo, busca una canción que tenga el mensaje que quieres transmitir, pero que tal vez no encuentras las palabras para hacerlo. En conclusión ¡exterioriza!, lo que está pasando en tu interior.

 Esto va muy ligado a  la Tarea de Duelo No.2 Dar expresión a los sentimientos. Recuerda que no hay sentimientos buenos o malos, simplemente son un estado de ánimo transitorio que te permite adaptarte a la situación en la que te encuentras.

Diana Patricia Cárdenas Zapata
Asesor Familiar de Duelo
Grupo Recordar

miércoles, 9 de noviembre de 2011

¿QUÉ HAGO CON LO QUE SIENTO?

La despedida es el primer paso para iniciar el camino de la elaboración del proceso de duelo, como hemos visto hay varias maneras de hacerlo, y aunque sea doloroso y difícil, también es necesario para continuar…

Hace parte de las tareas que debemos hacer para complementar de manera sana nuestro proceso de duelo. 

Tareas del duelo

1.   Aceptar la realidad de la pérdida

2.   Dar expresión a los sentimientos


3.   Adaptarse al medio en el que el fallecido está ausente

4.   Invertir energía emotiva y afectiva en otras relaciones


Tienen el objetivo de completar el proceso de duelo y restablecer el equilibrio

 

Vamos a profundizar un poco más en las tareas del duelo para poder tener más herramientas para afrontar de manera sana y efectiva todo lo que estamos viviendo y sintiendo…
PRIMERA TAREA: ACEPTAR LA REALIDAD DE LA PÉRDIDA

Cuando alguien muere, incluso si la muerte es esperada, siempre hay cierta sensación de que no es verdad. La primera tarea del duelo es afrontar plenamente la realidad de que la persona está muerta, que se ha marchado y no volverá. Parte de la aceptación de la realidad es asumir que el reencuentro es imposible, al menos en esta vida.
Es aquí que los rituales de despedida juegan un papel fundamental, porque sólo cuando aceptamos que nuestros seres queridos están muertos y no volverán, es cuando podemos despedirlos de verdad… el dolor de la pérdida es diferente para cada persona, y cada uno tiene su propio tiempo para elaborarlo, así que el proceso de aceptación será diferente para cada persona. Debemos ser pacientes y tolerantes con nuestro propio dolor, pero debemos también lograr despedir a nuestros seres queridos que han muerto…

Laura Patricia Méndez Salazar
Asesor Familiar de Duelo
Grupo Recordar

Te amé y te amo, por eso tu partida me hace sentir tu ausencia, Te recuerdo con dolor, te extraño y me parece imposible vivir sin ti. Llegué a necesitarte pero sé que ahora debo aprender a amarte sin necesitarte. Sé que no fui perfecto contigo y que tu no lo fuiste conmigo, Pero no quiero vivir reprochándonos culpas que ya no existen.
Hoy te lloro triste y apenado, angustiado y deprimido Y me lo permito así, porque así lo siento.
Busco inútilmente explicaciones, me hago preguntas sin respuesta; Y aunque me lastime aquí estoy para despedirte, Nada ganaría con empecinarme en negar que hayas muerto.
Me siento con derecho y obligación de seguir mi vida aunque quisiera no puedo morir contigo, Pues no ganaríamos nada y no te mostraría con eso todo el amor que te he tenido Sino cuanto te he necesitado, Por eso quiero reconciliarme con la vida, con Dios y pedirle que sea mi luz en el túnel en el que me encuentro, El amor por ti y por los que me quedan me fortalecerá para volver a vivir llevando conmigo tu recuerdo, Significando que valió la pena haberte conocido.
Sé que estas feliz con esta decisión que he tomado: “CONVERTIR EL DOLOR EN AMOR”

Oración de la Fundación Vida por Amor 

martes, 8 de noviembre de 2011

EL CORAZÓN MÁS BELLO


Un día un hombre joven se situó en el centro de un pueblo y proclamó que él poseía el corazón más hermoso de toda la comunidad.

 Una gran multitud se congregó a su alrededor y todos admiraron y confirmaron que su corazón era perfecto, pues no se observaban en él ni manchas ni rasguños.

 Sí, coincidieron todos que era el corazón más hermoso que hubieran visto.

 Al verse admirado, el joven se sintió más orgulloso aún, y con mayor fervor aseguró poseer el corazón más hermoso de todo el vasto lugar.

De pronto, un anciano se acercó y dijo: “¿Por qué dices eso, si tu corazón no es en realidad, tan hermoso como el mío?

Sorprendidos, la multitud y el joven, miraron el corazón del viejo y vieron que, si bien latía vigorosamente, éste estaba cubierto de cicatrices y hasta había zonas donde faltaban trozos y éstos habían sido reemplazados por otros que no encastraban perfectamente en el lugar, pues se veían bordes y aristas irregulares en su alrededor.

Es más, había lugares con huecos, donde faltaban trozos profundos.

 La mirada de la gente se sobrecogió. ¿Cómo puede él decir que su corazón es más hermoso?, pensaron.

El joven contempló el corazón del anciano y al ver su estado desgarbado se echó a reír. “Debes estar bromeando”, dijo.

 “Compara tu corazón con el mío. El mío es perfecto. En cambio el tuyo es un conjunto de cicatrices y dolor”.

“Es cierto”, dijo el anciano, “tu corazón luce perfecto, pero yo jamás me involucraría contigo.

Mira, cada cicatriz representa una persona a la cual entregué todo mi amor. Arranqué trozos de mi corazón para entregárselos a cada uno de aquellos que he amado.

Muchos a su vez, me han obsequiado un trozo del suyo, que he colocado en el lugar que quedó abierto. Como las piezas no eran iguales, quedaron los bordes por los cuales me alegro, porque al poseerlos, me recuerdan el amor que hemos compartido”.

 “Hubo oportunidades, en las cuales entregué un trozo de mi corazón a alguien, pero esa persona no me ofreció un poco del suyo a cambio.

De ahí quedaron los huecos.

Dar amor es arriesgar, pero a pesar del dolor que esas heridas me producen al haber quedado abiertas, me recuerdan que los sigo amando y alimentan la esperanza de que algún día, tal vez, regresen y llenen el vacío que han dejado en mi corazón”.

“¿Comprendes ahora lo que es verdaderamente hermoso?”

 El joven permaneció en silencio. Por sus mejillas corrían lágrimas. Se acercó al anciano, arrancó un trozo de su hermoso y joven corazón y se lo ofreció.

El anciano lo recibió y lo colocó en su corazón, luego a su vez arrancó un trozo del suyo ya viejo y maltrecho y con él tapó la herida abierta del joven.

La pieza se amoldó, pero no a la perfección. Al no haber sido idénticos los trozos, se notaban los bordes.

El joven miró su corazón que ya no era perfecto, pero lucía mucho más hermoso que antes, porque el amor del anciano fluía en su interior.

Adaptación del Libro: Regálame la salud de un cuento
Autor: José Carlos Bermejo Higuera